Tras conquistar la Dacia (Rumanía), el emperador Trajano deja allí un destacamento militar al mando de un centurión, cuya conducta, al principio cruel, cambia, mostrándose clemente y generoso con la población conquistada. Pero la paz dura poco, pues son atacados por un grupo de bárbaros que ocultan su rostro tras máscaras de piel. Entonces, los dacios y los romanos se unen para repeler la invasión.