Director y guionista de cine estadounidense nacido en Chicago (Illinois), cuyo verdadero nombre era Oscar Boetticher. Después de pasar por la Academia Militar de Culver (Indiana) y la Universidad de Ohio, ofició como jugador de fútbol americano y boxeador antes de partir para México, donde, fascinado por la tauromaquia, se convirtió en un profesional del toreo. Su amor por los toros, a los que dedicó tres películas, le sirvió para principiar en Hollywood, como asesor técnico de Rouben Mamoulian en el “remake” del clásico de Rodolfo Valentino, Sangre y arena (1940). Encajó bien Boetticher en la Columbia, y ésta le ofreció un contrato como ayudante de dirección en próximas producciones, entre ellas, el célebre filme de Charles Vidor Las Modelos (1944) y Los Desesperados (1943), donde conocerá a Randolph Scott y Harry Joe Brown, dos determinantes personajes en su vida. En los años siguientes, firmó una serie de películas de muy bajo presupuesto para diversas compañías, sin dejar entrever nada de otro mundo. Su oportunidad aparece cuando la Republic y John Wayne se interesan por un guión suyo titulado Torero y que más tarde habría de llamarse The Bullfighter and the Lady (1951), con Rober Stack como el americano que va a México para aprender a torear, y Gilbert Roland, el matador/héroe nacional que trata de enseñarle. Boetticher consiguió la única nominación de toda su carrera al mejor guión. Continúa su producción de pequeños filmes de aventuras, westerns, thrillers, entre los que destacan algunos como City Beneath the Sea (1953), con Robert Ryan, Anthony Quinn, Mala Powers y unos coloreados submarinos y exóticos decorados, y los westerns Traición en Fort King (1953), con Rock Hudson, Anthony Quinn y Lee Marvin, en uno de sus primeros papeles, y, sobre todo, El desertor de El Álamo (1953), con un espléndido Glenn Ford, donde los personajes no tienen, quizá, todavía la profunda personalidad de los futuros héroes de la Ranown, pero las escenas de acción poseen ya toda la intensidad de las mejores obras de Boetticher. 1956 es un gran año para Budd Boetticher. La United Artists confía en él para que ponga imágenes a un guión de Harold Medford, titulado El asesino anda suelto, con Joseph Cotten y Rhonda Fleming. Un buen e intenso thriller. Y, acto seguido, es llamado por Randolph Scott para producir Seven Men From Now, el primero de los espléndidos siete western que realizaron juntos. Se viene a denominar ciclo Ranown a las siete pequeñas producciones que, entre 1956 y 1960, Boetticher dirige para Scott. Ranown hace referencia tanto al nombre del actor Randolph Scott como al del productor Harry Joe Brown. En realidad, ambos sólo se encargaron de producir cinco de los siete títulos; el primero, Seven Men From Now, fue pagado por John Wayne, y el sexto, WestBound (1957), lo produjo la Warner. Los demás títulos fueron Los cautivos (1957), Decision at Sundown (1957), Buchanan Rides Alone (1958), Ride Lonesome (1959) y Comanche Station (1960). Lo más extraño de estos westerns, algunos con guión de Burt Kennedy, quizá los mejores, es que prácticamente carecen de acción. Todos poseen un gran número de tiempos muertos.
Conocido por:Directing
Cumpleaños:1916-07-29
Lugar de nacimiento:Chicago, Illinois, United States